martes, 17 de noviembre de 2009

OTRO DESPERTAR

C-XX
Que no son todos iguales
por mucho que lo repitas.
Que no son todos iguales.
Hablemos de Julio Anguita,
de Marcelino Camacho,
también de Gerardo Iglesias.
Tenemos que hablar mas claro,
sobre todo, la derecha.

Que no son todos iguales
por mucho que lo repitas.
Hay comunistas legales,
que siempre son comunistas,
que defienden en la calle,
cada noche y cada día,
a los que pasan mas hambre,
a los que mas necesitan.

Que no son todos iguales,
que Franco fue un  dictador,
un falso rojo González,
Eme Erre fue un ladrón.
Que no son todos iguales,
que algunos son muy honestos,
otros muchos son culpables
de aprovechar sus asientos.

Que no son todos iguales,
que en la izquierda y la derecha
puede haber gente honorable.
Los hechos son los que cuentan.
Que no son todos iguales
por mucho que lo repitas.
Son lo hechos los que valen.
No es mas noble quien mas grita.

C-XIX
La amnistía llegó hace mucho tiempo,
otros países la usaron varias veces,
la de la España de ahora es diferente,
fue exigida para formar gobierno.

Los jueces y los curas van diciendo
que la "cámara baja" incumple leyes.
Hablamos de los curas y los jueces,
que deberían callar, incumplen ellos.

Las heridas catalanas sanando,
la economía mejora cada día,
España continua navegando,
logrando superar las zancadillas
del "consejo de jueces" por un lado,
por el otro la "iglesia", la amnistía.......

C-XVIII
Si alguno me recuerda alguna vez,
tendrá que recordar a un jornalero,
a un humilde poeta, a un castreño
que gozó del Rio Viejo en su niñez.

Si alguno me recuerda alguna vez,
que recuerde la esencia de mis versos,
que recuerde la voz de mi silencio,
que recuerde los sitios que añoré,

que alumbre los sonetos arandinos,
que visite la voz de la mirada,
que expanda el amor a la poesía.
Si alguno se acordara de este niño,
que vivió recreándose en su infancia,
que sepa que es un nene todavía.

C-XVII
Salgamos a la calle a pregonarlo,
defendamos al juez que es luchador,
admitamos tambien algún error,
que un juez es solo un ser humano.

No dejemos que sigan maltratando
a ese juez, que tal vez se equivocó;
pero afirmo, que nunca mereció
de forma tan cruel ser procesado.

Los pocos luchadores van cayendo,
lanzados al vacío por el poder,
los contratos actuales condicionan,
los sindicatos se hunden en el cieno.
Defendamos siempre a cualquier juez
si queremos seguir siendo personas.

C-XVI
Las rutas que marqué se han esfumado,
las marcas eran firmes, contundentes;
sin embargo, hoy se muy de repente,
que el destino no puedes prepararlo.

Las metas que mis sueños fabricaron
poco a poco se van, desaparecen;
y aunque se que al final está la muerte,
muchas rutas marcadas se han borrado.

Las metas, los destinos, las vivencias,
y es que algunos cumplieron sus deseos,
y no se han dado cuenta todavía
que las rutas marcadas que superan
es un lujo que  pocos consiguieron,
es un logro que pocos conseguían.

C-XV
He vuelto a gozar tus humedades,
es otoño, se inundan tus secretos,
la nieve se quedó ya en mi recuerdo,
y de nuevo tu cuerpo es navegable.
Y mi remo consigue que la nave
pueda llevar mi mástil a los cielos,
se que pronto nos llegará el invierno,
y no será posible, será tarde.
Es otoño,  no es fácil cultivar,
es época dura para todos,
noviembre, el jazmín de mi jardín
nos muestra su blancura sin igual.
He vuelto a gozar, y este es mi otoño,
el invierno muy pronto estará aquí.

C-XIV
Las nubes se apoderan de los cielos,
las noches atropellan a los días,
los humanos destrozan las campiñas,
ninguno acepta ser un hombre bueno.

Tal vez alguna vez vendrá otro tiempo
que las nubes transporten alegría,
que las noches compartan esta vida,
que el campo sea tratado con esmero.

Y seguro que nunca será tarde,
se trata de mirar de otra manera,
nuestro cielo, nuestras nubes, nuestros valles,
cada noche, cada día nos recuerdan
que el cariño nunca hizo daño a nadie,
cariño a las personas y a La Tierra.

C-XIII
El mismo sol que alumbra mi balcón,
ilumina los patios de mi pueblo,
la misma luz que vigila mi sueño,
de otros lechos también se apoderó.

Que suerte disfrutar de un solo sol,
el mismo para todos los castreños,
africanos, mongoles, europeos,
los muy ricos y los que no lo son.

Y el sol nunca se deja sobornar,
y a los pobres sus rayos también llegan
y el Planeta se deja acariciar,
y El sabe mucho mas de lo que cuenta.
Lo miro, y me mira sin parar,
las miradas son voces, son poemas.

C-XII
Y ya están aquí, no supe correr mas,
y el mundo no lo tengo preparado,
y se que no es muy fácil explicarlo,
reconozco las cosas que hice mal.
Ya nacieron, y debieron esperar,
la democracia real aun no ha llegado,
y sueño que los pueblos maltratados
algún día se tendrán que rebelar.
Como puedo explicar a nuestros niños
que el pueblo es quien gobierna en democracia,
si el gobierno no hace caso de los gritos,
si a los pobres se les trata como ratas.
Han llegado muy pronto, no he sabido
hacer un poco mas, tal vez mañana.

C-XI
Setenta años de espera,
de sombras y de silencios,
y fué nieta y ahora abuela,
y nos cuenta sus recuerdos.

Setenta años callada,
esperando estos momentos,
sin que nadie la escuchara,
escondiendo su secreto.

Hace ya setenta años
que sacaron a su padre,
de madrugada, van cuatro,
tan solo cuatro chavales.

Se lo llevaron gritando,
los vecinos en silencio,
todavía siguen callados,
en el camión lo subieron.
Y allí junto al cementerio,
dentro de una enorme zanja,
su padre, mirando al cielo,
seguro que se acordaba
de aquella niña pequeña,
y calló sin decir nada,
nadie oyó ninguna queja,
los asesinos gritaban,
celebraban su proeza,
y una niña perdió a un padre,
y nadie escucha su pena.
¿Ella tambien fué culpable,
con tan solo cinco años
de nacer en aquel pueblo?.
Aunque tarde, está intentado
que se acaben los silencios.

Setenta años callando,
y su padre sigue allí,
bajo la tierra esperando,
y la niña sigue aquí,
convertida ya en abuela,
y no se atreve a decir,
que su padre, bajo tierra,
no debió acabar así.

Y ahora que la ley la ampara,
y que puede defender
la honradez, del que en la zanja,
setenta años después,
sigue siendo maltratado.
Ahora se acabó el silencio,
y un juez se atreve a contarlo,
un juez que en el mundo es bueno;
pero en España dudamos
si es legal o no es legal
saber que todos lucharon.
La verdad puede cambiar.
!De tantas formas contaron
la "guerra incivil" de España¡.
!Se han de admitir tantos fallos
de todos los que luchaban¡.

Pero un juez quiere escuchar
a la hija que es abuela,
y a este juez le hacen callar,
y el mundo entero protesta,
y se abren las heridas
que ya creiamos cerradas;
la abuela no se resigna,
necesita que en España
alguien cuente sin reparos
la honradez de aquellos rojos,
aquellos torpes soldados
que dejaron los rastrojos,
porque debían defender
al Gobierno que eligieron.
Debemos reconocer,
y empezar un libro nuevo.

Setemta años sufriendo
esperando sin hablar,
la niña ya tiene nietos,
y quiere recuperar
la honestidad de su padre,
y quieren culpar al juez,
y pretenden que se aparte,
¡quien la podrá defender!.

Setenta años callada,
pero se acabó el silencio,
aunque la justicia falla,
jamás fallaron los pueblos.

Ahora todo el mundo sabe
la verdad de aquellos tiempos;
a lo mejor algo tarde,
setenta años, de acuerdo
que son demasiados años
sin reconocer los hechos.
Algunos no han aceptado,
los buenos aun son los buenos.

C-X
Soñé anoche que volaba,
igual que la golondrina,
lo mismo que las espigas
cuando son olas doradas.
Esta mañana, despierto,
y en recuerdo convertido,
ya no se si lo he vivido,
o tan solo ha sido un sueño.

Soñé anoche que volaba,
mis alas eran mis brazos,
lo mismo que un aeroplano,
igual que vuelan las hadas.
Esta mañana, despierto,
aun podía ver los detalles
de los montes y los valles
que pude ver en mi sueño.

Soñé anoche que volaba,
igual que las nubes vuelan,
lo mismo que las estrellas,
lo mismo que las campanas.
Esta mañana, despierto,
recordaba lo soñado,
en el desván lo he guardado,
el desván de los recuerdos.

C-IX
El día se aproxima lentamente,
la oscuridad aun viste las siluetas,
el silencio, dormido, no se entera,
la luna se despide dulcemente.
La noche se aleja, el pueblo duerme,
las luces y las sombras se toleran,
por un instante fieles compañeras,
enseguida se imponen los poderes.
El día de los campos se apodera,
la claridad se instala en cada patio,
los reyes del corral quiquiriquean
y los perros alertan a sus amos.
El cabrero ya nunca nos despierta,
amanecen los días y los años.

C-VIII
¿Vivimos, cuando el sueño nos domina,
y a veces recordamos lo soñado,
y despiertos seguimos visionando
aquello que logró la fantasía?.
El cuerpo cuando duerme, ¿tiene vida?.
¿La vida con la muerte ha terminado?.
Los huesos en cenizas transformados
se adueñan de la tierra ya elegida.
Los momentos soñados, ¿también mueren?,
¿Existe alguien que pueda responder?.
El sueño, ¿es lo mismo que la muerte?,
sino es así, ¿quién sabe como es?.
Los que saben no pueden o no quieren,
los demás lo tendremos que saber.

C-VII
¿Adonde van los pensamientos, cuando
la muerte de la vida se apodera?,
¿y por donde caminan las ideas?,
¿y en que lugar se ubican los recuerdos?.
Hay cosas que no mueren, cuando el cuerpo
se adentra en las entrañas de la tierra,
algunas lograrán ser casi eternas,
tal vez otras consigan el descanso.
¿Adonde van nuestros recuerdos, cuando
se borren nuestros rostros de sus mentes?;
¿y por donde caminan, cabizbajos,
los malvados secretos del que muere?;
morirás cuando no seas recordado,
vivirás mientras uno te recuerde.

C-VI
Voy notando que mi infancia se acerca,
que recuerdo detalles de aquel tiempo;
sin embargo, lo que hice hace un momento,
a toda prisa noto que se aleja.
Hace poco que tengo este problema;
aunque lo oí conversar entre los viejos,
siempre pensé que eso estaba muy lejos,
y ahora noto que se coló en mi puerta.
Tal vez no sea tan malo recordar
aquellos años que los días parecían
largos meses que no tenían final;
recuerdo de mi infancia las tortillas;
de anoche nada logro recordar,
¿es buena esta memoria selectiva?.

C-V
El tiempo, que igual corre para todos,
para algunos camina mas despacio,
son unos cuantos tan privilegiados
que hasta en eso son muy poderosos.
El tiempo, que jamás cogió un soborno,
ahora ya no desprecia los regalos,
aunque es verdad que nunca se ha parado,
a veces caminó mas poco a poco.
Pero el destino llega a cualquier hora,
aunque alguno lo puede retrasar
y lograr algún tiempo de demora,
se sabe que el final siempre vendrá,
y las luces se llenarán de sombras,
y el sueño para todos llegará.

C-IV
Y las luces son sombras cuando pasas,
los pájaros te escuchan en silencio,
las estrellas te cuentan sus secretos,
y las rosas suspiran si las hablas.
El sol, a escondidas, te engalana,
nos ofrece porciones de tu cuerpo,
que vuela dulcemente por el cielo,
y nos procura noches de esperanza.
Siempre tiene que aparecer un pero,
y en el cielo, pues claro que aparecen,
esas nubes con grandes velos negros
que ocultan tu belleza, me entristecen.
Aunque en el cielo alguna vez hay peros,
en la tierra los vemos muchas veces.

C-III
En los sueños todo es diferente,
las cuerdas se consiguen desatar,
los humanos se atreven a volar,
la mentira se quema en el aceite.
En los sueños los políticos no mienten,
todos luchan unidos por la paz,
en los sueños no tienen que insultar,
hasta incluso coinciden pareceres.
Pero ninguno sueña con frecuencia,
tal vez navegan por otros paraísos,
si soñando nos dicen lo que piensan,
que pena que no sueñen los políticos,
el mundo rodaría de otra manera,
porque en los sueños no hay pobres ni ricos.

C-II
Me gustaria aprender a valorar
la grandeza de un ser a simple vista,
ocultada la herencia recibida,
sin ropas que lo puedan delatar.
Podérselo enseñar a los demás,
cual se enseñan las sumas y las islas,
como se aprenden tan pronto las mentiras,
lo mismo que aprendemos a jugar.
Que el traje no haga a la persona buena,
que el harapo no señale al delincuente,
y que sepamos ver que lo de fuera,
lo primero que vemos casi siempre,
casi nunca la realidad refleja,
la grandeza no está en el continente.

C-I
Mañana serán hombres y mujeres
los niños que hoy alegran las familias,
conocerán del mundo las rencillas,
y tendrán en sus manos los poderes.
Y es bueno que hagan siempre los deberes,
porque ahora están a tiempo todavía,
los de ayer no aprendimos en su día,
hoy sabemos los fallos que se tienen.
No debemos dejar que ocurra igual,
porque ese error lo debemos releer,
pues los niños son niños nada mas,
nosotros ya hemos dado algún traspíes,
esas dudas las debemos enseñar
a todo aquel que las quiera aprender.

B-VIII
El sol el horizonte va mostrando,
de la mar su silueta se levanta,
su brillo se apodera de las aguas,
su alegría recorre nuestros campos.
Este globo también lo ven en Castro,
porque es el mismo sol en toda España,
esa luz que es la vida y la esperanza
de la Tierra, de todos los humanos.
Y atraviesa las nubes sin romperlas,
calienta de los niños sus inviernos,
alumbra de los pobres sus miserias,
acaricia la fruta de los huertos,
no sabe de pobreza ni riqueza,
pues por algo es el rey del Universo.

B-VII
Si quieres conocer nuestros secretos,
aquellos que todo el mundo guarda,
ve directo, pregunta a la almohada,
pues ella vigila nuestro sueño,
porque escucha la voz del pensamiento,
y seca, si hace falta, nuestras lágrimas,
y sabe de esas noches que no acaban,
y puede interpretar cada silencio.
Si alguna vez te acuestas preocupado,
deberias consultar con la almohada,
y nunca precipites resultados,
pues mañana verás las cosas claras,
la almohada conoce tus pecados,
y también tus virtudes, pero calla.

B-VI
La voz de la mirada, ¿tiene idioma?,
¿en Italia será muy diferente?,
¿será lo mismo en otros continentes
la lengua que no aprenden las personas?.
Esta forma de hablar siempre funciona,
en colegios especiales no se aprende,
el brillo de unos ojos, ¿quién no entiende?,
¿quien duda si dos niñas te perforan?.
El idioma de todo el Universo
dos miradas que pueden entenderse,
unos guiños que se hablan en silencio,
pupilas que han logrado amaneceres,
que consiguen contarse los secretos,
la lengua que los más pobres comprenden.

B-V
Una ronda son veinte primaveras,
veinte copas repletas de sabores,
veinte sombras o veinte resplandores,
veinte soles o veinte nubes negras.
Y en esta ronda que ahora empieza,
debo intentar brindar con los mejores,
ganadores o tal vez perdedores,
no siempre se ha premiado la grandeza.
Y en esta cuarta ronda lucharé,
todo el jugo de la copa he de sacar,
cada palabra la masticaré
pues ninguna se debe desechar,
y dudo si al final me enteraré
que es la cuarta, tal vez no queden mas.

B-IV
Y esta ronda la quiero pagar yo,
no puedo permitir que invite otro,
saborear lentamente cada sorbo,
escuchar atentamente cada voz.
Admitir un mal gesto del que erró,
disculpar si se escucha algún mal tono,
evitar siempre temas escabrosos,
y a veces inspirar con gran rigor.
Y en esta ronda quisiera valorar
lo único importante de esta vida,
primero, el amor y la amistad,
la amistad y el amor después irían,
pues estos sentimientos de verdad
a todo lo demás superaría.

B-III
El tiempo, !te enseña tantas cosas¡,
es el mas sabio de todos los maestros,
el único señor del Universo,
el Dios al que todos siempre imploran.
El tiempo, cuando vemos que se agota,
porque nadie ha logrado ser eterno,
repite lo que ya todos sabemos,
que es tarde, que ha pasado ya la hora.
Pero el tiempo perdido ya no vuelve,
y en clase no lo suelen enseñar,
y la vida te va enseñando siempre,
y a veces no se aprende hasta el final,
cuando prácticamente ya no puedes,
el tiempo entre las manos se nos va.

B-II
El silencio, la voz de la mirada,
la música que escucho cuando sueño,
es la rima perfecta del soneto,
el olor que la noche nos regala.
El amor no precisa de palabra
si quiere transmitir su sentimiento,
dos miradas se dicen en silencio
bastante más que si los labios hablan.
Si al verse dos pupilas se iluminan,
los párpados no saben que decir,
se enrojecen un poco las mejillas
y el silencio no consigue adonde ir,
seguro que el amor lo necesita,
¡los ojos dicen tanto sin decir!.

B-I
Verde, como recuerdo la campiña
de Castro del Rio en plena primavera.
Verde, como la aceituna que refleja
la chispa del otoño que termina.
Blanca, igual que en mis recuerdos brilla
cada casa encalada que al sol reta.
Blanca, como es del olivar la tierra
que entre las ramas verdes se adivina.
Del pueblo andaluz es la bandera,
insignia de una tierra castigada,
estandarte de una gente que quisiera
no tener que emigrar por toda España,
la luz y la esperanza siempre ondean,
blanca y verde, quizás verde y blanca.

A-VIII
Sorber de los claveles los latidos,
del trigal admirar las amapolas,
de las rosas beberme los aromas,
de tus labios comerme los suspiros.
Imaginar los árboles con nidos,
con las nubes crear miles de formas,
disfrutar de una tarde silenciosa,
abrazarte a la sombra de un olivo.
Saborear las noches veraniegas
cuando el jazmín del aire se hace dueño
y palpar a mi lado tu presencia;
quemarme con el roce de tu cuerpo,
de tu aliento que recite algún poema,
despertar y saber que no fué un sueño.

A-VII
Si consiguiera coger tu sonrisa
y meterla en una urna de cristal,
si logro tus suspiros atrapar
y guardarlos visibles a mi vista,
si pudiera poner en mi mesita
las miradas de un momento especial,
si el calor de tu piel puedo guardar
atrapado después de una caricia,
si la luz de tus ojos la envolviera
como un ramo de rosas transparente,
si el aroma que noto si te acercas
pudiera ser caudal de alguna fuente,
y si pudiera, pudiera, pudiera,
y si pudiese, pudiese, pudiese.

A-VI
Santa Coloma, casitas y huertas,
para mucha gente de Barcelona,
cuando Franco ostentaba la corona,
Juan Carlos inclinaba la cabeza
y juntos entraban en la Iglesia,
y osaban entregar una limosna.
Después los andaluces se incorporan,
y Juan Carlos a Franco lo releva,
y en dormitorio la huerta se convierte,
y los políticos pronto se acomodan,
y enseguida las ilusiones mueren,
y es tonto todo aquel que nada roba,
y ahora ya de todo el mundo vienen
a los somieres de Santa Coloma.

A-V
La voz de la mirada dice poco
si otros ojos no quieren escuchar,
si otros iris no pueden reflejar
el eco de unos guiños silenciosos.
Se dicen muchas cosas con los ojos,
quizás la voz nunca sabría expresar
el calor que se envía cuando al azar
dos miradas se mandan un piropo.
La voz de la mirada necesita
otra voz de otros ojos frente a frente,
como en todas las cosas en la vida
precisas de un destino para un puente.
¡Se dicen tantas cosas si te miras
y ves en las pupilas de quien quieres!.

A-IV
Contestó muchas veces Saramago
que despacio debemos caminar
y que nunca tenemos que parar,
la experiencia nos deja un buen regalo.
Las prisas muchas veces destrozaron,
¿el tiempo perdido adónde va?,
¿debemos los consejos olvidar,
o sin parar continuar caminando?.
La lógica se impone a la razón,
mucho antes llegará a su destino
el que andando despacio no paró
que aquellos que recorren los caminos
y piensan que corriendo van mejor,
no cuentan las paradas que han perdido.

A-III
La primavera se inunda de rosas,
la sardina en verano resplandece,
la nariz en invierno se enrojece,
en otoño los políticos retoñan.
Y son veinte gobiernos y corona,
y muchos funcionarios que allí crecen,
y algunos que los sueldos no merecen,
y otros ni se esconden cuando roban.
Y a los pobres el agua le limitan,
y los campos de golf muy bien regados,
y algunos sueldos públicos irritan
a aquellos que malviven trabajando;
la primavera pronto se marchita
y el otoño ya nace marchitado.

A-II
Se reunen los dueños del Planeta,
proponen iniciar otro proyecto,
se reparten los cargos y los sueldos,
ninguno se sonroja, ¡no hay vergüenza!.
De Copenhague sus coches se adueñan,
contaminando el aire y el silencio,
y se crean un sinfín de cargos nuevos
que se reparten la izquierda y la derecha.
Si esta cumbre no sirve para nada,
con este gasto enorme malgastado
podrían haber ganado otras batallas:
"muchísimas mejoras para el campo,
pantanos, para almacenar mas agua,
lograr útiles puestos de trabajo".

A-I
Veintidós millonarios divirtiéndose,
son dos equipos de once jugadores,
en directo cien mil espectadores,
tal vez varios millones por la tele.
Los insultos calientan el ambiente,
y parece que peleen por los balones,
¿quién sabe si defienden los colores?,
los héroes del momento son los jueces.
El pueblo a sus equipos vitorea,
cuando el partido ya se ha terminado
uno gana y otro pierde, son las reglas,
y le chillan al juez que está comprado,
porque los perdedores se cabrean,
¡que demuestre el ganador lo que ha ganado.

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