lunes, 21 de junio de 2010

RINCONES

XII
Casi al final de la trocha,
para evitar la enorme curva del barrero,
se encuentra una humilde poza,
para la coqueta luna un bello espejo.

Parada obligada de gañanes,
también de segadores y muleros,
de niños que cuidaron melonares,
de un tiempo pasado, de otro tiempo.

El pozo de las monjas fué testigo
de la tierra y el hombre confundidos,
de un pasado que pronto volverá,
de un presente que tiene marcha atrás.

XI
El campanario domina La Villa,
resalta su silueta desde el campo,
sus murallas aun siguen vigilando
otros barrios que huelen a campiña.

Desde lejos los olivos vigilan,
perfecta formación, como soldados,
como niños de un domingo de hace años,
cual romanos que la calle alta enfilan.

La Villa, con sus calles empedradas,
escuchando en las campanas los horarios.
La Villa, escondida en las murallas,
desde lejos, solamente el campanario,
nos muestra de este barrio su fachada,
La Villa, los domingos, mi pasado.

X
Este rio que en Castro es solo arroyo
llevará mis suspiros a la mar,
y mis dudas tambien se llevará,
mezcladas con pavesas de rastrojos.

Este espejo que ha visto mis enojos,
los asume sin preguntarme mas,
y a los mares del mundo contará
de mi alma castreña los piropos.

Este río que en Castro se recrea
contará las historias de este pueblo,
narrará de su gente las vivencias,
cantará las canciones del paseo,
llenará de suspiros nuestras huertas,
mandará tu sonrisa al mundo entero.

IX
La calle Casas Nuevas
te lleva hasta el Calvario,
por la mañana la calle huele a pan,
Joselito, el panadero de este barrio,
hace poco se acaba de acostar,
huele a pan y a molletes,
y a "madalenas" que aun están calientes,
y a trigo molido, y a bondad.
Un poco mas arriba, por la izquierda,
la tienda familiar de los Viudez,
y las campanas de la Ermita que saludan,
y los burros cargados con arena
que vienen del "cascajar",
y las piaras de cabras que ya se van a encerrar.
La calle Casas Nuevas, obligado recorrido
las tardes de futbol de aquel tiempo.
Por las tardes huele a rezos,
a rosarios que caminan poco a poco,
a vestidos oscuros, velos negros,
y arriba, allá en el fondo,
la ermita de la Virgen resplandece,
su fachada da luz a todo el barrio,
y despues, cuando oscurece,
las estrellas dan luz a todo Castro.

VIII
El Casino de Artesanos, guardado
por la vieja muralla del Castillo,
fué lugar de reunión de algunos niños
que gozan de la tele de esos años.
Trasladado el Casino de Artesanos,
en parking para coches convertido,
y en mi recuerdo suena el "jardinito",
que no se si tal vez lo habré soñado.
Aun recuerdo la manta en la pantalla,
las reservas de sillas a Don Juan
cada vez que un partido de importancia
se adueña de las tardes del lugar,
al sabio que la manta nos quitaba,
un rincón que jamás podré olvidar.

VII
Las nueve de una mañana cualquiera,
de bote en bote la calle Caridad,
ambos puentes recobran ya la paz,
rejuvenece la calle Corredera;
y el Llano del Convento es una fiesta
de unos niños que acaban de lograr,
y entonces no supieron valorar
de aquel logro sus grandes consecuencias.
Y conviven los niños y las niñas,
y se mezclan los pobres y los ricos
que vienen del Rio Viejo o de La Villa,
cargados de ilusiones y de libros,
no nos dábamos cuenta en esos días
el gran salto que habiamos conseguido

VI
Justo enfrente el granero, mi recreo,
un poco mas arriba la piñuela,
en el balcón ondeando la bandera,
la leche preparada en el barreño,
en el aire palpabas el respeto,
los maestros controlaban la limpieza,
éramos todos niños en mi escuela,
simplemente porque eran otros tiempos.
En Mayo se rezaba cada día,
y pienso que no miento cuando digo
que aquellos mozalbetes lo sentían.
Ahora mismo todo eso está mal visto,
y no es justo que alguien tenga la osadía
de medir los valores de esos niños.

V
Cuesta de los Mesones, Feria Real,
un arco iluminado te recibe,
recibía, hace tiempo que no existe,
y es posible que nunca existirá.
Los niños de ahora mismo no podrán
con tan poco lograr ser tan felices;
sin posadas, ninguno ya revive,
es dificil, la vida del lugar.
No existen ya fachadas arrugadas,
pues nadie se ocupó de mantenerlas;
en lugar de las casas empedradas
las voces del Mercado te despiertan;
la plaza San Fernando está enfadada,
y al final de la cuesta nos observa.

IV
Casas Nuevas, si subes paseando
notas que la Ermita se te acerca,
y una piscina enorme son las eras,
la Virgen ilumina todo el barrio,
y un campo de deporte es el Calvario,
y el de futbol son ahora las escuelas,
y las "cábilas altas" son tabernas,
y si sigues te adentras en el campo.
Las eras, días de recreo de otros tiempos,
ahora mismo piscinas vigiladas,
y no puedo decir lo que es mas bueno
pues son rincones bellos de mi infancia,
y ya sabes que a veces los recuerdos
son mentiras que inventa la distancia.

III
Rio Viejo, con las huertas a la vista,
el Guadajoz consiguió alguna riada,
desde el Altillo el niño lo admiraba,
la cuesta hasta el herrero era temida.
El cantarero de humo nos cubría,
la Bartola aun sigue donde estaba,
las cloacas están todas tapadas
y el barro de ayer pasó a otra vida.
Si el Rio Viejo supiera de palabras,
seguro que hablaría del zapatero,
de la casa de citas, de los Rana,
de la imginación de aquellos juegos
de unos niños que solo precisaban
un lapo, ya lo sabes, solo un hueso.

II
Puente Viejo, un arroyo el Guadajoz,
Setiembre, la calle de Los Molinos,
que aun conserva en su ambiente los suspiros
de un invierno que hace años que murió.
El kiosco, para el frio lo mejor,
la copa de aguardiente quita el hipo,
y allana las pendientes del camino,
y mejora de todos el humor.
El Paseo, que era enorme en mi recuerdo,
se convierte en un rincón muy especial,
donde se oyen a veces los silencios,
las miradas se pueden escuchar;
solamente es un parque muy pequeño,
que nos deslumbra, cuando es Feria Real.

I
La Villa, fortaleza de otro tiempo,
aislada y protegida de otros barrios,
por encima del hombro va mirando.
Tres pendientes custodian sus adentros:
en la calle Alta empieza El Agujero,
cuyo nombre refleja su pasado,
la subida y una brecha nos dan paso;
y la Cuesta Santo Cristo un nuevo reto,
que va desde la Plaza San Fernando;
y por último desde la calle Ancha,
la puerta principal, Cuesta de Martos,
y el Santo que procura vigilancia;
es un barrio que vive todo el año
el bello eco de la Semana Santa.

miércoles, 9 de junio de 2010

OTROS CAMINOS

Soñar despierto es vivir
y elegir la carretera.

El que duerme no se entera
que no ha podido elegir.

Soñar dormido es dormir.

Soñar despierto es la meta
de todo aquel que pelea
para intentar conseguir.

Soñar despierto es vivir,
encauzar la vida entera.

La parca siempre recuerda
de cada sueño su fin.

IX
Las rutas que marqué se han esfumado,
las marcas eran firmes, contundentes;
sin embargo, hoy se muy de repente,
que el destino no puedes prepararlo.

Las metas que mis sueños fabricaron
poco a poco se van, desaparecen,
y aunque se que al final está la muerte,
muchas rutas marcadas se han borrado.

Las metas, los destinos, las vivencias,
alguna vez cumplieron los deseos,
aunque muy pocas veces se ha logrado
que las marcas perduren en la arena.
Mis rutas se borraron con el tiempo,
no llego hasta el destino preparado.

VIII
Si nuestro sol pudieran controlar
lo mismo que el dinero lo controlan,
si los mismos que aprueban las reformas
las tuvieran que por ley utilizar.
Si nuestro sol pudieran controlar
mi vida  no saldría de la sombra,
menos mal que el sol no lo controlan,
menos mal, menos mal y menos mal.
Agradezco el privilegio que tengo,
en la vida se debe agradecer,
este sol que aun no tiene dueño,
es igual para todos, y tal vez
si no luchamos juntos perderemos,
esta luz y este sol los perderé.

VII
Si te acercas a un cruce de caminos,
y no sabes que ruta has de tomar,
sigue recto, no tienes que dudar,
la derecha y la izquierda se han perdido.
Si está en el centro el corazón herido,
y notas que no puede caminar,
no esperes que te vengan a ayudar,
tus miembros no querrán tal sacrificio.
Si te acercas a un cruce, no lo dudes,
siempre al frente, camina siempre recto,
las dudas no son buenas consejeras,
y el diestro pone trabas al izquierdo,
y al contrario tambien ocurre igual
el zurdo pone trabas al derecho.

VI
Nunca camines solo, por si acaso,
pero se cuidadoso cuando elijas,
no atiendas solamente a lo que digan,
de los hechos si tienes que hacer caso.
No te hundas si te encuentras un fracaso,
que el éxito te espera mas arriba,
y elige nuevamente, no te rindas,
si fallas otra vez, sigue buscando.
Seguro que hallarás un compañero
con el que compartir tus ilusiones,
y si no lo encontraras, lo primero,
lo importante, que imperen tus razones,
que no tuerzan tus nobles sentimientos,
que no aparezca mancha en tus renglones.

V
Como cambian, como cambian los tiempos,
hace cincuenta años en mi barrio,
las mujeres trabajaban en el campo,
trataban de ocultarlo a todo el pueblo,
y tapaban su rostro con pañuelos,
con sombreros, ya sabes, con engaños.
La moda del moreno llegó a Castro
importada por escasos veraneos.
Y la gente creyó que ya era igual,
pues los rostros morenos confundían.
Y la crisis consigue despertar
a un pueblo acomodado que dormía.
Los de abajo no pueden bajar mas,
tendrán que bajar algo los de arriba.
***
Como cambian, como cambiamos todos,
no sabemos si al final de esta contienda,
las mejillas se taparán con telas,
con sombreros que oculten nuestros rostros,
y otra vez reinarán los viejos tordos,
imponiendo las nuevas diferencias,
cada vez mas distantes, mas obscenas,
desde arriba no ven de abajo el lodo.
Esta lucha jamás terminará,
aunque a veces convivan relajados,
muy pronto los de arriba intentarán
mantener las distancias; sin embargo,
de vez en cuando alguno logrará
desde abajo llegar a lo mas alto.

IV
La vida solamente son caminos,
que no todos podemos elegir,
!que suerte del que pudo decidir
por donde caminar a su destino¡.
Y mi interior de jaramagos lleno,
y en mis afueras tengo zancadillas,
y no puedo ni ver si la otra orilla
es igual que la selva que ahora tengo.
Y aunque siempre lo intento nada veo,
los jaramagos no dejan avanzar,
ni tan siquiera ver que encontrarás,
y a veces la otra orilla no está lejos.
La vida son caminos nada mas,
la distancia nosotros la ponemos.

III
Supongo que has oido comentar:
"que van a Roma todos los caminos",
seguro que tambien habrás oido:
"de allí mismo acabamos de llegar".
Y nadie miente, dicen la verdad,
porque al final llegamos al destino,
y sabemos muy bien que no es lo mismo
caminar tantas veces para atrás.
Supongo que tu has dicho alguna vez
eso mismo que tanto has escuchado,
y seguro que has vuelto a recorrer
el sendero que ya palpó tus pasos,
supongo que yo tambien lo haré,
seguro que el final está esperando.

II
Si quieres valorar las dimensiones
de la hormiga, tal vez del elefante,
verás que muchas cosas son mas grandes,
y muchas, pero muchas, son menores.
La grandeza, si no hay comparaciones,
no la vemos teniéndola delante,
y a veces no se logra, aunque compares,
percibir las pequeñas ilusiones.
Los caminos también tienen tamaños,
pues pueden ser angostos, luengos, cortos,
curvos, rectos, altos, bajos y largos,
y es seguro que todos tienen polvo;
aunque muchos lo ignoran, van volando,
y por esos caminos no hay estorbos.

I
Cuando andamos, no es fácil muchas veces
decidir en un cruce de caminos,
adonde nuestros pasos dirigimos,
somos muy torpes, casi erramos siempre.
Tal vez no sean las sendas diferentes,
pues las personas que hayan elegido,
eso creemos, caminos muy distintos,
es fácil que al final muchos se encuentren.
Los senderos no son buenos ni malos,
tal vez no sean iguales, ¿parecidos?,
que somos los humanos los que erramos,
y todos disculpamos nuestros vicios;
hay fuertes subidas, grandes llanos,
muchas veces enormes precipicios.